Ahora que en occidente parece haber un revival de la cocina japonesa están apareciendo restaurantes especializados de esta clase de comida. Unos son mejores que otros pues según la calidad de los ingredientes, la habilidad de los cocineros y, por supuesto, del servicio depende su "clasificación" en la tabla de los sushi gin.
Por suerte en Asturias tenemos uno de los que, a mi parecer, pasan con sobresaliente todas esas exigencias del consumidor en un entorno muy agradable y auténtico. Estamos hablando del Kaisen Sushi Bar, sito en la calle Comandante Vallespín, 53, en la ciudad de Oviedo. Está muy cerca del estadio de fútbol del equipo local, el Nuevo Carlos Tartiere, por lo que el aparcamiento no suele ser un problema.
Este restaurante se ha hecho ya bastante popular así que muchos ya lo conocereis. Su uso de las redes sociales (tienen cuenta en Facebook y Twitter) y su increíble presentación en la página web hacen que la adaptación de este local a las nuevas tecnologías sea total, colaborando así a su expansión. Digo esto principalmente porque es de vital importancia pedir mesa antes de ir pues suelen ocupar todas sus mesas, al menos los días que yo he ido.
Pero vamos a lo importante, la comida, para eso es un restaurante, ¿no? Como dije en los artículos de Descubriendo el sushi no soy muy aficionado a la nueva cocina japonesa ni a la escuela californiana del sushi, por lo que desconozco el sabor de los platos más heterodoxos, como sus uramaki (o rolls especiales en la carta) o también sus temaki, pues suelen incorporar aguacate y este no resulta de mi agrado. Igualmente diré que tienen un aspecto genial y que es probable que si algún día decida probarlos me gusten, quien sabe...
Hablemos primero de los entrantes. En la carta puedes encontrar ocho tipos diferentes de los que he probado dos y he visto algunos más pasar por delante de mis ojos casi cayéndoseme la baba. Entre mis elecciones se encuentran las agegyozas (empanadillas fritas de pollo con salsa tonkatsu) y los harumakis de pato (rollitos finos de pato y cebolla confitada). Quien me conozca dirá que los segundos tienen que gustarme a la fuerza pues me encanta el sabor del pato y también la cebolla confitada... no se equivoca. Su sabor, junto con un poco de salsa tonkatsu que los decora, es espectacular sin duda alguna.
Sin embargo, quien me acompañaba podrá dar fe de lo que dije cuando probé por primera vez las agegyozas: "Dios bendiga al Japón". Simplemente perfectas, se deshacen en la boca y su sabor es explosivo. Aún no me decido por mi favorito, siendo sincero... me imagino que será más difícil que escoger de entre tus hijos al favorito (¡y tener que decírselo a la cara al que no lo es!).
Pasemos al rey del restaurante, el sushi. En el Kaisen, primero de todo, no te encuentras con el clásico problema de los nigiri pues tienen el tamaño exacto como para caberte en la boca sin llenártela hasta los carrillos como pasa en otros restaurantes. Si te gustan estos clásicos de la cocina japonesa aquí disfrutarás bien de ellos. Como segundo punto diré que las piezas de pescado están frescas a más no poder y el arroz es tiernísimo y nada seco, además puedes ver con tus propios ojos cómo lo hacen pues, al igual que en Japón, los itamae (板前), o chefs de sushi, están preparándolo en la misma barra. Por supuesto, todo viene acompañado del wasabi, gari y soja de rigor, y unos palillos a estrenar para cada comensal.
Yo he probado maki y nigiri, pues son mis formas favoritas de comerlo, y las he probado de la ventresca del atún o toro (とろ), de salmón, de pez mantequilla, de langostino y de atún. Todos tienen un sabor increíble y también lo es su aspecto como podéis ver en las fotografías (en el primer artículo Descubriendo el sushi, la fotografía fue tomada en este mismo sitio).
Generalmente cuando voy suelo pedir una bandeja de maki variados en que vienen 24 a repartir entre salmón, pez mantequilla y atún, y añado alguna cosa de la carta que me pueda gustar o que me llame la atención. La última vez fue el toro y estoy encantado con mi elección pero prometí que la siguiente sería anguila pues cada vez que pasa delante mío se me activan los sentidos y me dicen que tiene que ser de un sabor superior. Cuando vuelva lo haré saber por aquí y probaré algunos más diferentes para daros a conocer algo más de este fantástico restaurante.
Generalmente cuando voy suelo pedir una bandeja de maki variados en que vienen 24 a repartir entre salmón, pez mantequilla y atún, y añado alguna cosa de la carta que me pueda gustar o que me llame la atención. La última vez fue el toro y estoy encantado con mi elección pero prometí que la siguiente sería anguila pues cada vez que pasa delante mío se me activan los sentidos y me dicen que tiene que ser de un sabor superior. Cuando vuelva lo haré saber por aquí y probaré algunos más diferentes para daros a conocer algo más de este fantástico restaurante.
Al pasar al postre decir que hay varias alternativas también, yo he probado los dorayaki, rellenos de anko como debe ser, y también el tiramisú de té verde que está buenísimo. Estos dos postres en especial van acompañados de una bola de helado de mango muy suave y agradable. También tienen una cosa llamada sushi dulce, una especie de bombones o pastelillos pequeños que no he probado pero que tienen una pinta genial.
Para beber teneis sake, cerveza japonesa (Asahi, Kirin y Sapporo) y licores que no he podido probar pues siempre voy en coche pero también, a parte de agua, Coca-cola y demás, tenéis en carta refrescos japoneses de melón o fresa que no he probado aún pero seguro que a muchos os llaman la atención.
El entorno entre moderno y tradicional da el toque a este local y nunca os encontraréis mal agusto: hay mesas y barra baja con sillas, como en los locales tradicionales, aunque yo prefiero la segunda opción. Sé que algunos vergonzosos pensarán que jamás lo harían pues no les gusta comer siendo "observados" pero para nada es así. Mi recomendación personal es que disfrutéis y probéis lo que os apetezca, no creo que os decepcione. ¡Buen provecho! Itadakimasu! いただきます!
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