Año: 1990.
Género: Yakuza, deportes, béisbol.
Director: Takeshi Kitano.
Duración: 96 minutos.
Más información: Ficha en IMDb.
Junto con Kinji Fukasaku, Takeshi Kitano es mi director de cine criminal japonés favorito. Una coincidencia del destino hizo que su primera película, Violent Cop (その男、凶暴につき) le fuese ofrecida tras que el primero no se encontrase en buena forma para poder llevar a cabo esa tarea.
La verdad es que después de conocer las películas de Kitano, en que siempre me parece un hombre sin sentimientos, duro, violento y desagradable, me pareció extraño verlo riéndose en Fun! Takeshi's Castle (風雲! たけし城), lo que aquí se llamó Humor Amarillo, aunque en sus películas siempre hay algo de sentido del humor (en que acaba pegando o disparando a alguien tras reírse, pero sentido del humor tienen).
Boiling Point es la primera película dirigida, escrita y protagonizada por Kitano. Típica historia lenta con silencios incómodos y violencia propugnada por un nihilista al que le falta un tornillo pero, por algún motivo que no alcanzo a entender, igualmente interesante. El elemento beisbolístico, muchas veces presente en su cine, no pasa desapercibido, incluyendo las clásicas escenas de partidillos en una playa que caracterizan ya a este polifacético cineasta.
La acción nos sitúa en Tokio, donde al entrenador de un equipo local juvenil bastante malo le pegan una paliza unos yakuza por no rendirse a sus ridículas exigencias criminales. En un extraño plano surrealista y escenas de la vida cotidiana que pueden llegar a resultar cómicas, dos de sus jugadores, que ya estaban relacionados con la mafia local, se embarcan en un largo viaje por carretera a Okinawa para conseguir un arma con la cual vengarse.
Allí se hacen amigos de Uehara (Kitano), un yakuza con un estrafalario sentido del humor y con ciertos elementos psicóticos en su forma de actuar, llegando a obligar a alguien a hacer algo y a cortarle luego el dedo porque fue una ofensa haberlo hecho, o lanzarle pelotas de béisbol a su novia por motivos que a ella no la competen. Uehara no acepta que nadie lo chulee y, si así ocurre, que se vaya preparando para la represalia... es un loco, va armado y lo interpreta Takeshi Kitano, ¿qué mas esperar?
La violencia y la sinrazón se presentan por todas partes en esta película que gira entre escenas deportivas y de acción, entre la diversión y la muerte, entre el humor negro y... bueno, el humor negro. Podríamos decir que este largometraje es puro Kitano, pura violencia, puro sinsentido y totalmente extraño pero, en los tiempos que corren, ¿qué se considera normal?
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