jueves, 27 de noviembre de 2014

Afraid to Die (からっ風野郎)

Año: 1960.
Género: Yakuza eiga.
Director: Yasuzo Masumura.
Duración: 96 minutos.
Más información: Ficha en IMDb.

Si algo comparto con el director estadounidense Quentin Tarantino es que a ambos nos encantan las películas antiguas de la yakuza. La estética y la violencia de este tipo de cine, conocido en Japón como yakuza eiga (ヤクザ映画), junto con esa música jazz tan sesentera que relacionamos inconscientemente con los gángsters de aquella época y aquel país, hacen de Afraid to Die una película que los aficionados a este género no podemos perder.

Sin embargo esos solo son los puntos en común con el vulgo del género. El punto a más destacar es el personaje principal, nuestro antihéroe, que está representado por el eterno y glorioso escritor japonés Yukio Mishima. Se me hace extraño ver a este hombre, que desde mi óptica parecía tan serio y sacrificado, haciendo el papel de un violento, machista y torpe gángster, pero su papel, digno de James Dean, está muy bien interpretado y le va como anillo al dedo.

En esta película nos encontramos con un preso, Takeo Asahina (Mishima), al que intentan asesinar por haber apuñalado a un líder de la familia rival, los Sagara. Cuando es liberado, consciente del peligro, pide a los policías que lo saquen a hurtadillas de la cárcel, sin embargo el kumichō de la familia rival no se rinde y para liquidarlo contrata a un sicario asmático. Mientras tanto, Takeo también planeará el asesinato de su rival.

Todo se complica cuando Asahina, quien usa a las mujeres como juguetes para entretenerse, conoce a Yoshie, de la que se enamora e intenta proteger por todos los medios posibles frente a su amenaza de muerte, dado que comparten algo más que simple amor.

Lo bueno de esta película es que no solo se centra en matanzas por temas de dinero y poder si no que introduce algunos hechos interesantes de sus actividades como su utilización de los uyoku dantai (organizaciones ultranacionalistas japonesas) para reventar las huelgas de los comunistas e incluso haciendo el papel de bandas criminales, todo con la ayuda de la propia policía.

También se introduce el tráfico con medicamentos ilegales y peligrosos, que estaban prohibidos por haber sido solo útiles en animales y no en humanos, resultando muertos tres en su papel de conejillos de indias. Sin embargo se rifan entre ellos esas drogas, llegando incluso a secuestrar y matar por ellas.

Esta es una película muy interesante pues, a diferencia de las ninkyo eiga (認許映画) - donde se representaba a los yakuza como modernos samurai - y de algunas direct-to-video que se producen en los últimos años por la decadencia del género, no tenemos ningún héroe a quien admirar puesto que los personajes son presentados como criminales maltratadores, egoístas y violentos. Además, aparece Mishima y, para los fans de este escritor, es suficiente. Doy fe.

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